Cierra el Miagola Caffè: el lugar donde los gatos estaban en casa
Desafortunadamente, el Miagola Caffè, el lugar donde los gatos estaban en casa, fijos dentro de la estructura, cierra para siempre. Una gran pérdida para los animales.
No todos lo pasamos bien. Al contrario, no estamos viviendo una buena época ni desde el punto de vista social ni desde el punto de vista individual. Ahí pandemia de coronavirus sigue siendo la primera y única batalla que se ha completado. Una pesadilla que ha durado más de un año. Algo que nunca antes habíamos visto.
Lamentablemente, la pandemia no solo ha causado daños a nivel social e individual, con muchas personas obligadas a permanecer encerradas en casa, solas o quizás en compañía de su mascota, sino también de punto de vista economico. Algo aterrador, cuyos efectos solo veremos a largo plazo.
Los animales, sin embargo, además del hecho positivo de servir de compañeros a muchas personas que se han quedado solas, también han tenido que sufrir sucesos no calculados. Como el cierre de un restaurante muy vanguardista donde eran los protagonistas directos. Hablemos del Miagola Caffè en Turín, que, debido a la «culpa» de la pandemia, no pudo avanzar y bajó la persiana de forma permanente.
Los gatos abandonan el Miagola Caffè: se les buscará un lugar apropiado, pero el dolor es tanto
Cuando algo nacido del sacrificio y el sudor se cierra, nunca es un buen momento. Un proyecto tiene las raíces de un sueño, el que podríamos haber guardado en un cajón. El que nos hizo soñar despiertos. Entonces llega una pandemia y todo termina.
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Una chica de Turín, Andrea Levine, un joven emprendedor, había lanzado el Miau café, después de haber vivido la misma experiencia en un local de Japón. Entraste, una comida, un té, un café y podías admirarlos la belleza de algunos gatos.
Estos felinos iban al encuentro de un cliente cuando querían un poco de mimos, atenciones, caricias, y luego se marchaban, como solo ellos pueden hacer. Luego, al pasar por una pequeña puerta, entraron en un lugar aún más tranquilo, una parte de la habitación utilizada solo para su presencia.
Por desgracia, la pandemia ha llegado y el lugar no resistió el impacto. Andrea se vio obligada a bajar la persiana antes de que todo esto llegara a su fin. Sin embargo, la última palabra para el restaurante ya ha llegado, como para muchos otros operadores que han cerrado su negocio.
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Todos los gatos que vivían dentro de la habitación habían sido sacados de algunos refugios y les habían dado una vida mejor. Ahora, sin embargo, el empresario promete reubicarlos a todos en alguna estructuras apropiadas o en familias que buscan adopción. El amor nunca termina, incluso si cierra un negocio.
Davide Garritano