Bebidas gaseosas para perros: que saber y que hacer si Fido las bebe

¿Crees que darle a beber bebidas gaseosas a tu perro no le crea ningún problema? Quizás sea mejor averiguar primero los efectos que tienen en su cuerpo.

Bebidas gaseosas para el perro
(Foto de Adobe Stock)

¿Tu perro quiere probarlo todo y poner el hocico en platos y vasos allá donde esté? ¿O eres el maestro que quiere hacerle probar todo porque crees que no le hace daño después de todo? Lamentablemente, no siempre es así y, aunque sea de buena fe, podríamos dañar su salud y causarle muchos problemas. Uno de estos ‘experimentos’ de degustación puede ser sobre bebidas gaseosas para el perro, que pueden tener efectos inesperados: veamos cuáles son.

Bebidas para perros: cada una tiene su propio efecto

Si estamos atentos a las necesidades nutricionales de Fido y compramos papilla industrial adaptada a sus necesidades, o si nos encargamos de preparar siempre platos de primera calidad en casa, ¿no sería mejor saber algo más sobre qué darle de beber?

Perro y cerveza
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Puede parecer trivial, pero en realidad la mejor opción cuando se trata de bebidas es siempre y solo agua suave, quizás a temperatura ambiente: es el único que apaga la sed y sobre todo no tiene ningún efecto secundario en él. Es obvio que debe ser agua limpia, una que también beberíamos nosotros, porque no son solo las burbujas las que causan problemas.

Pensemos en la leche: sin contar la leche materna, la leche que se da a los perros adultos podría crear dificultades en el intestino, también porque sería bastante pesado de digerir. De hecho, los perros, al igual que los animales en general, tienen un sistema digestivo muy diferente al nuestro, por lo que nuestros alimentos y bebidas no son ‘intercambiables’ con los de ellos.

Por no hablar de las intolerancias alimentarias que la leche y los productos lácteos en general pueden provocar en Fido. Lo mismo vale para todos bebidas que contienen cafeína y té. Si de verdad queremos hacer la bebida más sabrosa para nuestro amigo de cuatro patas, podemos pensar en darle un poco de caldo, pero te recomiendo: ¡no caliente y sobre todo no salado!

Si luego queremos confiar en frutas y verduras frescas, elegimos jugos a base de zanahoria (quizás caseros), que contienen fibra, vitaminas y minerales pero también agua de coco, también rica en electrolitos. Evitamos añadir azúcares adicionales a los zumos de frutas: así que no pienses en darle bebidas energéticas, ¡porque no las necesita y son demasiado dulces!

Bebidas gaseosas para perros: que efectos tienen en su salud

La respuesta debe ser clara y seca: ¡No! Si realmente queremos ser honestos, los humanos también deberíamos limitar su uso porque no son buenos para nosotros. Más que para la cuestión del gas contenido en ellos, en lo que a perros se refiere, conviene evitarlos especialmente por la cafeína que contienen.

Bebidas gaseosas para el perro
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Este último podría darle a Fido los típicos signos de intoxicación en el perro: en ese caso el perito podría elegir, como única solución, inducirle el vómito y administrarle líquidos por vía intravenosa para hidratarlo nuevamente.

También pueden contener colorantes alimentarios, azúcares pero también alcohol y si el perro ha estado bebiendo alcohol debemos llevarlo inmediatamente al veterinario. Entonces el riesgo no es solo de intoxicación, sino también de obesidad en el perro, ya que los azúcares también pueden plantear este problema para su salud.

Bebidas gaseosas para perros: como saber si las han bebido

Lo sabemos: a veces basta un momento de distracción, que puede ser fatal para la salud de Fido. Además de ser sumamente cuidadosos, también debemos conocer las diversas señales que nos envía tu cuerpo y que deben hacernos pensar en la posible ingesta de bebidas carbonatadas.

Fido bebe agua
(Foto Pixabay)
  • Emoción: el perro parecerá inquieto, agitado y demasiado activo,
  • taquicardia: el corazón acelera sus latidos,
  • alta temperatura;
  • episodios de vómitos;
  • problemas respiratorios,
  • úlceras en la boca y dificultad para tragar,
  • temblores y convulsiones.

Si notamos estos síntomas en nuestro perro, no dudemos en llevarlo al veterinario: perder el tiempo puede resultar fatal para su salud.

Francesca Ciardiello