A los animales también les encanta besar, los dos son prueba de ello. (vídeo)

focas besándose

Esta vez hablamos de amor vero, el sincero y noble, demostrado por dos leones marinos nombrados Niblet e Omaha salvado deCentro de Mamíferos Marinos del Pacífico ‘, un centro especializado en el cuidado de animales marinos. Esto es lo que le sucedió a un grupo de mamíferos marinos, los lobos marinos, parecidos a focas con orejas, capaces de caminar sobre sus aletas y muchas veces dotados de curiosidad hacia los humanos. El video literalmente está volviendo loca a la web por la gran demostración de que los animales también lo hacen. ellos realmente aman y no por mandato que le fue dado. Este video los captura haciendo uno cosa realmente dulce antes de regresar al agua y regresar libremente a la playa de Dana Point, California, Estados Unidos. Junto con ellos también un sello, Mujer Maravilla, entró al agua inmediatamente después de los dos leones marinos.

Un amor escondido detrás de dos fotos increíbles

Las imágenes muestran a los voluntarios del centro de recuperación abriendo las jaulas y liberando a los pinnípedos. Casi todos salen al mismo tiempo con grandes frenesí hacia el mar. Pero una cosa deja a todos asombrados. En un momento, dos de estos (Niblet y Omaha) detienen su carrera por un momento, hora de besar, antes de sumergirse en las olas. De hecho, los leones marinos, así como las focas y varios pinnípedos, tienen la costumbre de besarse. nariz-nariz. Ciertamente es un mimo que los dos animales se permiten antes de volver a sumergirse y perderse para siempre en el océano.

sellos de amorlos Beso, en el mundo humano, es un momento catártico en la vida de una pareja. Seguro que el beso, en especie animal después del hombre, no será un gesto tan frecuente y especial como puede serlo para nosotros. Tienen otras formas de amarse unos a otros mi mímate. También ahí monogamia no es una práctica común en el reino animal, dados los casos de pingüinos y otras aves. los sexo en cambio, recientemente se ha descubierto que es una práctica recurrente, no solo para la reproducción, sino también para el placer. Decenas de animales atrapados con las manos en la masa durante el acto fueron prueba viviente. Sin embargo, lo que nos une a todos es que no hay especie viviente que no sea capaz de «amar» a su pareja.

BM