Gatos y niños: ventajas y riesgos de esta convivencia
¿Temes que la convivencia entre gatos y niños pueda resultar desastrosa? Aquí están las reglas básicas para vivir juntos sin riesgos.
¿Acabas de dar a luz y te preocupa que tu gata no acepte la nueva llegada? ¿O tienes un bebé en casa y te gustaría adoptar un gatito? La convivencia no es imposible, de hecho, podrían convertirse en grandes amigos en un universo de complicidad. Lo importante es sentar las bases de una relación sólida y pacífica. ¿Por dónde empezar a construir esta convivencia? ¡Simple! Eso es suficiente respetar algunas reglas …
Cuando llega un bebe
Es imposible dar una respuesta única y objetiva sobre cómo reaccionará un gato ante la llegada de un pequeño humano: será diferente según la raza, la edad y su educación dentro de la familia donde siempre ha vivido. El gato puede estar celoso del recién llegado porque, comprensiblemente, este último se convertiría en el centro de atención del propietario. Podría darle la bienvenida, pero puede que no: no es raro que un gato intente rascarse u orinar justo al lado de la cuna: casi como para marcar su territorio. Es importante no descuidar al gato y sus necesidades, de hecho, intentar establecer una relación entre los dos con el primer y prudente enfoque.
Cuando llega un gato
En el caso contrario, el niño debe tener algunas recomendaciones de los padres sobre la relación entre gato y humano. No es un juguete, sino un ser vivo, otro miembro de la familia. Y es importante que se trate como tal: el niño debe entender que no tendrá que tirar de la cola ni de las orejas, ¡también porque podría darse cuenta a su costa! Los adultos deben ser buenos para mostrarle al niño con su ejemplo. como te relacionas con el gato: de esta forma el pequeño humano entenderá que el gato debe tener sus espacios y respetarlos.
Gatos y niños: los riesgos de vivir juntos
A menudo hablamos de los riesgos relacionados con la higiene en cuanto a la relación entre gatos y humanos: no se trata solo de niños, hay reglas generales que también se aplican a los adultos. A menos que haya alergias obvias, aquí están las posibles enfermedades del contacto entre un niño y un gato.
Alergia
Si el niño es alérgico al pelo de gato, lamentablemente hay poco que hacer, aparte de algunas vacunas específicas. Pero los estudios científicos han demostrado que vivir con un gato reduce el riesgo de desarrollar alergias a su pelaje, además de tener innumerables beneficios para el estado de ánimo y al sistema inmunológico humano. Eso sí, en el caso de un niño con salud comprometida, es mejor no arriesgarse a un contacto demasiado cercano y esperar a que se recupere antes de volver a jugar con el gato.
toxoplasmosis
Esta enfermedad parasitaria es en realidad más difícil de transmitir de lo que cree. Es cierto que sus efectos pueden ser desastrosos, pero la transmisión de la toxoplasmosis se produce en contacto con las heces de un gato que está infectado con ella. Por lo general, los gatos de apartamento y los gatos que no se encuentran en la calle, sometidos a cuidados y vacunas regulares, no corren el riesgo de enfermarse. Pero si contraen la enfermedad, es poco probable que un adulto deje que el bebé juegue con las heces del gato.
Enfermedad por arañazos
No debemos pensar que en cuanto un gato nos rasca con las uñas corremos el riesgo de enfermar. Enfermedad por pulgas del gato se transmite a los humanos de esta manera solo si el gato es el primero en verse afectado. Por tanto, es inútil crear falsas alarmas: el contacto entre el gato y el niño solo puede ser beneficioso. Sin embargo, es fundamental respetar el ciclo de vacunación e nunca se salte las citas del calendario acordado con el veterinario.
LEA TAMBIÉN: Niños y animales: por qué dejarlos crecer juntos
Gatos y bebés: las ventajas de una relación especial
Se ha demostrado que el coito con un gato ayuda a los niños con problemas del espectro autista: los pequeños humanos afectados por este tipo de problemas son llevados a socializar gracias al contacto directo con un animal en casa. En los niños en general, la relación con un felino ayuda a comprender algunos valores que también serán útiles de adultos: el respeto mutuo, el cuidado del otro, la responsabilidad, etc.
Asumir la responsabilidad
El niño que tendrá la tarea de preparar el cuenco de comida y agua o que se preocupe por el cuidado e higiene del felino, fácilmente podría convertirse en un adulto que sabrá asumir sus responsabilidades. Si desde muy pequeño el humano está acostumbrado a pensar en otro ser vivo, es probable que desarrolle filantropía y generosidad, pero también un sentido del deber ya que la vida del gatito depende de él.
Importancia de la higiene
También la limpieza no solo del animal sino de todos los objetos que forman parte de su mundo ayudará al niño a cuidarse solo y otros como adultos. Es obvio que al principio serán los adultos quienes tendrán que mostrarle al niño cuáles son los sacrificios para tener un gato en casa, para que algún día pueda cuidarlo incluso sin la presencia de sus padres.
Mejora el estado de ánimo
Puede parecer obvio, pero en realidad un gato en la casa ayuda a mantener el equilibrio y la serenidad no solo del niño sino de toda la familia. Tener un nuevo miembro en casa siempre es un hecho positivo: el gato, aunque tiene fama de animal independiente, es realmente juguetón y le encanta divertirse y ser el centro de atención de todos los miembros de la casa. Entonces, especialmente en el caso de un hijo único, la compañía de un gato podría volverse muy especial.
También te puede interesar: Animales y niños: qué saber antes de llevar un perro o un gato a casa
FC
Amoreaquattrozampe fue seleccionado por el nuevo servicio de Google News. Si quieres estar siempre actualizado con nuestras novedades SÍGUENOS AQUÍ.