El persa negro: el felino oscuro
ORIGEN: Es una de las variedades más antiguas de persa seleccionada de gatos negros de pelo largo. Aunque esta raza tiene una historia ilustre, que se remonta al siglo XVI y fue una de las primeras en ser reconocida oficialmente, el persa negro es un animal relativamente raro. La dificultad de obtener un negro puro, desprovisto de matices o variaciones, hizo que los buenos ejemplares fueran muy apreciados. El pelaje requiere un cuidado y atención especiales: la humedad puede dar al cabello un tono marrón y la sobreexposición al sol puede opacarlo.
Los primeros persas negros a menudo presentaban rasgos de Angora, que mediante la selección se eliminaron con éxito. Los programas de cría en Europa se suspendieron durante la Segunda Guerra Mundial, pero no en los Estados Unidos, donde un persa negro fue votado como Gato del Año por un récord de tres veces.
Cada gato tiene su propia personalidad, diferente a cualquier otro gato; es muy difícil hacer coincidir un color con una fuente. El persa negro puede ser un compañero leal y cariñoso, incluso si sospecha de los extraños. Tiene fama de ser más vivaz que el persa blanco.
CARACTERISTICAS MORFOLOGICAS: Cabeza: Redondo y ancho, con nariz achatada con piel negra. Ojos: Deben ser de color naranja oscuro o cobre brillante. Orejas: Pequeño con punta redondeada. Cuerpo: sólido y robusto, con el carruaje bajo en las piernas. Capa: El pelaje debe ser de color negro brillante, sin canas, tonalidades rojizas ni diseños de ningún tipo. Los gatitos pueden tener manchas blanquecinas o descoloridas que generalmente desaparecen después de 4-6 meses. Coda: Corto y esponjoso, recto y bajo. Pies: Los pies deben ser anchos y redondos, con almohadilla de piel oscura. Piernas: corto, grueso y cubierto de pelo grueso. Para mantener el pelaje de un persa negro en perfectas condiciones es necesario que el propietario realice un cepillado regular.