El perro lame al dueño: por qué lo hace y todos los riesgos
¿Por qué el perro lame a su dueño y cada ocasión parece adecuada para este tipo de contacto? He aquí cómo interpretar este gesto.
La relación que se crea entre dueño y perro, o mascota en general, es verdaderamente única. Y es normal que haya momentos de ternura y cariño que pasan a formar parte de una hermosa vida cotidiana. Pero, ¿nos hemos preguntado alguna vez realmente por qué un perro muestra tal afecto hacia su dueño? ¿Es solo para expresar su amor o hay otras razones básicas? Así es como podemos averiguarlo porque Fido siempre lame al maestro cuando lo ve y cuáles son los riesgos que corremos los humanos cada vez que busca este tipo de contacto.
El perro lame todo: así usan la lengua
No solo los humanos son objeto de lamidas y demostraciones de este tipo. A los perros les encanta usar la lengua para explorar el mundo, así como con el legendario olfato de los perros. Los perros lamen objetos, humanos, otros e incluso ellos mismos por diversas razones. Piense en un perro que se lame la cara o partes de su cuerpo: como cuando el gato se lame a sí mismo, el perro puede usar su lengua para limpiarse. En realidad el gesto tiene un origen ancestral y materno: en el cuidado de una perra que acaba de parir notaremos que ella misma cuida a sus cachorros lamiendo y eliminando los restos de sangre o placenta de su cuerpo.
Asimismo, lamerse la cara no siempre tiene un significado positivo, ya que podría indicar uno. una condición de fuerte estrés y falta de paciencia. Por otro lado, cuando lame el hocico a su prójimo, le está mostrando respeto y cariño, un deseo de conocerlo de una manera completamente ‘pacífica’. Pero tenga cuidado si el perro siempre lame en el mismo lugar del cuerpo, ya que esto podría esconder un trastorno de tipo nervioso oa su vez causar irritación e infecciones de la piel.
Si pensamos en Fido atacado por pulgas y garrapatas en el perro, es probable que nos lo imaginemos rascándose y pasando la lengua por la herida; de la misma manera la suya podría ser solo una solicitud de atención cuando el dueño está demasiado distraído para cuidarlo: por otro lado sabemos que los perros siempre deben ser el centro de atención, ¿no? Ahora veamos cuáles son las razones detrás del comportamiento dirigido a los humanos y en particular al maestro.
El perro lame al amo: todas las razones detrás de esto
¿Qué mejor forma de acabar el día que tener a nuestro Fido encima de aquel que nos llena de mimos y, por qué no, incluso de unas fugaces lamidas? A menudo nos vemos llevados a identificar en su comportamiento sólo un simple saludo de «Bienvenido de nuevo». También podríamos pensar que básicamente es solo un hábito o la única forma que tiene de comunicarse con nosotros. Pero en realidad también hay otras razones que empujan a Fido a saborear nuestra piel cuando le apetece. ¡Vamos a encontrarlos todos!
- Para expresar cariño: parece casi obvio y es la respuesta que todos hubiéramos dado. Los perros lamen para mostrar el amor humano por ellos. Mientras los acariciamos, responden a nuestro gesto lamiendo nuestra mano, cara y, a veces, incluso nuestros pies.
- Para pedir cariño: no solo para darlo entonces, sino también para recibirlo. Si el perro te lame, también puede estar pidiendo tu atención, tal vez cuando nos vea distraídos u ocupados con otras tareas. Siempre es una muestra de cariño en la realidad, ya que quiere expresar no solo la petición de amor sino también la alegría de recibirlo.
- Para conocer: pensamos en perros que aún no nos conocen y que nos ven por primera vez. Es cierto que los perros son grandes abrazos pero en este caso también quieren entender quiénes son frente a ellos: no solo usan el sentido del olfato sino también el lenguaje. De hecho, la piel de los humanos tiene un sabor particular y, a menudo, irresistible para nuestros amigos de cuatro patas.
- Para darnos el ‘¡Bienvenidos!’: De hecho es cuando nos vuelve a ver después de un día entero que el perro nos lame por más tiempo. De hecho, aunque los perros tienen una percepción particular del tiempo, en realidad para ellos unos minutos pueden parecer una eternidad y es probable que nos vayan de fiesta aunque nos hayan visto poco tiempo antes. O puede suceder que lo hagan de madrugada para saludarnos después de dormir, siempre por el mismo motivo.
- Porque somos ‘sabrosos’: además de desprender un agradable aroma, incluso cuando estamos sudorosos después de horas en el gimnasio, también tenemos un gran gusto por ellos. Pensemos cuando probamos una nueva crema o perfume: los perros querrán ‘probar’ este nuevo aroma que cubre nuestro habitual olor cutáneo.
- Para solicitar atencion: si estamos distraídos el perro intentará por todos los medios llamar nuestra atención, tal vez salir a pasear. Es como si nos estuviera recordando: ‘¡Mira, yo también estoy aquí! ¿Salgamos?’.
- Para liberar la ansiedad y el estrés.: Los perros pueden estar nerviosos por diversas razones. Puede haber habido cambios importantes como una mudanza con el perro o la llegada de un bebé a la casa con un perro. incluso una tormenta puede hacerlos sentir incómodos, por lo que liberan este estrés emocional lamiendo objetos
- Limpiar: piensa en la madre perra que lame a sus cachorros cuidando su higiene. De la misma forma, lamernos nos libera de la suciedad que los perros notan en nuestra piel, pero también en los pies o las manos.
El perro lame al hombre: todos los riesgos
¿El beso de tu perro podría ser peligroso para nuestra salud? Aparte del lado romántico del gesto de nuestro Fido, ¿estamos tomando riesgos? La lengua de un perro no es milagrosa, pero tampoco es un caldo de cultivo para las bacterias, o al menos no es más que una esponja de baño. Es cierto que contiene aprox. 400 especies de bacterias, incluidos patógenos muy agresivos. Así que si tenemos una lesión en la piel lo mejor es evitar que nuestro perro nos pase la lengua. En caso de mala salud, por ejemplo en recién nacidos o personas mayores.
Si no te gusta esta actitud de Fido y prefieres que la evite, hazle entender con calma y amabilidad que no debe hacerlo, así evitamos movimientos bruscos, o peor aún, regañar a nuestro perro. Por el contrario, el perro podría ser intolerante con nuestros abrazos y mimos, y dejarnos entenderlo lamiéndonos como diciendo: ‘¡Pero ahora déjame ir!’.
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