Collares coercitivos: he aquí por qué no usarlos
En los últimos años, una especie de entrenamiento canino que se basa en el «refuerzo positivoY que a diferencia del entrenamiento que se basa en el reproche para obtener la obediencia del perro, se aprovecha el buen comportamiento del perro para recompensarlo. Un tipo de educación que acompaña la naturaleza del animal, respetándolo y obteniendo su colaboración y respeto. Por eso, incluso en los cuellos, se están produciendo verdaderas revoluciones, tanto que hoy en día se utiliza cada vez más el arnés en lugar del collar.
Desde el simple, pasando por el estrangulador hasta el eléctrico, son herramientas coercitivas y nocivas para la salud del perro. Veamos por qué.
COLLAR ELECTRICO
Las normas relativas al maltrato de animales no son suficientes para prohibir el uso del collar eléctrico en el perro. Recientemente, se encontró un perro anciano en mal estado en Besana, en Brianza, donde los voluntarios de ENPA intervinieron y encontraron que el animal tiene un collar eléctrico.
Esta herramienta provoca una descarga eléctrica bajo voltaje pero alto amperaje, que se administra en la zona anterior del cuello donde hay muchas terminaciones nerviosas. Este es un collar que viene comparado a un real instrumento de tortura y aunque se permite su venta, constituye un crimen para su uso en animales aunque no exista una legislación nacional que prohíba la venta y uso del collar eléctrico. Es decir, es una contradicción real del sistema: el collar se puede vender pero quien lo usa está obligado a denunciar.
Desde el punto de vista de la verdadera eficacia del collar eléctrico, muchos adiestradores de perros recuerdan que es uno choque fisico ed emotivo que actúa temporalmente sobre el comportamiento y no a lo largo del tiempo.
Además, este shock podría tener una serie de efectos secundarios relacionados con factores estresantes que comprometen el bienestar del animal.
De acuerdo con los resultados de muchas pruebas, se desprende que los perros que han sufrido descargas eléctricas manifiestan estrés y miedo, incluso después de algún tiempo de la experiencia traumática, y asocian al dueño y las órdenes con el miedo y el comportamiento de los perros que han experimentado una fuerte dolor. Por tanto, el collar eléctrico no debe utilizarse nunca.
COLLAR DE EMBRAGUE
Entre los otros tipos de collares coercitivos también existe el llamado cuello de estrangulamiento oa strangolo lo que en varias ocasiones ha suscitado amargas comparaciones entre quienes la comparan con la tortura y quienes aprueban su uso para entrenamiento si se maneja bien. De cualquier manera, el collar de estrangulamiento puede resultar ser una herramienta violenta que podría instigar violencia y agresión en el perro a través del miedo. Además, su uso incorrecto también implica un daño físico al animal que podría bloquear la respiración con un tirón o con los ganchos y picos en algunos modelos que pueden dañarlo. Este tipo de collar, para muchos expertos, debe utilizarse en un período de reeducación limitado. Opinión compartida por entrenadores que afirman que es una herramienta útil para el manejo de un perro con problemas de conducta, de difícil manejo. Es por ello que su uso debe ir acompañado de un camino reeducativo con el que se debe utilizar el collar para llamar la atención y guiar al perro a través de pequeños caricias no demasiado tensas.
El collar de estrangulamiento solo debe usarse en la fase de educación por una duración limitada y no para paseos con el perro.
CUELLO Y BABERO FIJOS
El perro tiende a tirar del dueño quien debe aprender a manejarlo para no estrangular al animal partiendo de la distancia correcta entre el cuello y el collar, que debe ser de un dedo. Es por eso que a menudo se sugiere comprar un collar más grande y luego ajustarlo según el crecimiento del perro. El tipo de collar fijo puede ser de metal o cuero, pero también de tela y otro tipo de tejidos que no tiren del pelo del animal. Si está demasiado apretado, puede lastimar al animal ya que se aplica una presión continua en la garganta del perro y, por lo tanto, puede dañarlo y estresar la tráquea pero también las vértebras. Además, es probable que el perro se ahogue al tirar.
Muchos sugieren sustituir el collar por el arnés que en realidad no te permite tener un control total del perro, por lo que no es recomendable en el caso de perros agresivos. Además, durante la fase de crecimiento del perro es importante asegurarse de que el arnés no apriete demasiado los hombros y el pecho. Siempre es recomendable retirarlo en casa, ya que limita la libertad de movimientos del perro. También se han encontrado efectos secundarios con el arnés: pasa sobre las glándulas axilares, provocando una posible inflamación y lleva al perro a mantener los codos anchos, arruinando su movimiento y afectando así su morfología.