Síndrome de cauda equina en gatos: todo lo que debes saber
El Síndrome de Cauda Equina en gatos es una enfermedad que puede afectar a nuestros amigos peludos. Veamos juntos qué es.
Son muchas las enfermedades que afectan a nuestros queridos felinos, y es nuestro trabajo cuidarlos y comprender cuanto antes cuándo es necesario llevar al gato al veterinario.
Una de las enfermedades que podemos encontrar en los gatos es Síndrome de cola de caballo. En este artículo veremos juntos qué es y cuáles son los síntomas a tener en cuenta.
Síndrome de cauda equina en gatos: qué es y cuáles son los síntomas
La Síndrome de cola de caballo, también conocido como Estenosis degenerativa lumbosacra, es una patología neurológica.
Esta enfermedad consiste en el estrechamiento del canal vertebral que provoca la compresión de los nervios presentes entre la séptima vértebra lumbar y la primera sacra.
Estos nervios hacen que el movimiento de las articulaciones posteriores del gato y su cola. También posibilitan la funcionalidad de los órganos abdominales de nuestro amigo de cuatro patas.
Un gato con esta patología, que puede ser tanto congénita como adquirida, tiene muchas sintomas, venir:
- Dificultades motoras;
- dolor de cola
- Dolor de espalda;
- Dolor en las extremidades posteriores;
- Cojera en el gato
- Incontinencia.
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Estenosis degenerativa lumbosacra en gatos: diagnóstico y tratamiento
Para diagnosticar el Estenosis degenerativa lumbosacra en gatos, el veterinario deberá realizar un examen físico completo.
El especialista tocará suavemente la columna vertebral del gatito y moverá las patas traseras del felino. Después de eso, el veterinario también puede realizar otras pruebas, como:
- radiografía;
- Resonancia magnetica;
- Tac.
Dependiendo de la gravedad de los síntomas, existen diferentes tratamientos. Si el felino es incontinente debido a este síndrome, podría ser hospitalizado con un catéter urinario hasta que se reanude la función vesical adecuada.
En caso de dolor, el veterinario puede recetar al gato antiinflamatorios y analgésicos, que deben limitar el movimiento, sobre todo no debe correr ni saltar.
Si el gato ya no puede moverse y muestra un dolor intenso, el veterinario puede optar por una operación quirúrgica. Cualquiera que sea la terapia adecuada para tu gato, es recomendable que este último evite cualquier ejercicio extenuante.
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Además, en el caso de que el gato tenga sobrepeso, podría ser útil un programa de adelgazamiento, para que nuestro amigo de cuatro patas sienta menos el dolor.
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