Convierta cuerdas en correas para perros, financiado con fines benéficos (FOTO)
El niño, apasionado por la escalada, encontró la forma de reciclar cuerdas que ya no se usaban, convirtiéndolas en correas
La pasión que ponemos en lo que hacemos es un poco más para que todo funcione de la mejor manera posible. Ser decidido, valiente, lleno de sueños y expectativas es la combinación perfecta para hacer posible la creación de grandes ideas.
Muchos buscan soluciones al desperdicio del material que usamos y que luego tiramos sin pensarlo, sin comprender su potencial.
Reciclar no es una mala palabra, sino algo para poder introducir en nuestro vocabulario diario. Así, con una buena dosis de imaginación, muchos logran encontrar alternativas válidas al cubo de la basura.
Tal como Alexander Tsao, que logró combinar su pasión por la escalada con la de i perros, al deseo de ayudar a los demás. Su idea funcionó y muchos quieren comprar su collares para perros hechos con cuerdas de escalada que ya no se pueden utilizar.
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Correas para perros hechas de cuerdas de escalada
Alexander Tsao vive en Estados Unidos, precisamente a Redmond, donde desde hace unos años dedica su tiempo y energía a ayudar a los más necesitados, ya sean personas o animales.
Desde sus primeros años de vida ha continuado con su pasión por la escalada, pasión que le ha permitido conocer bien el material que habría utilizado para realizar su trabajo de mayor.
A los 16 años, durante un entrenamiento en el gimnasio al que asistía, notó que la cuerda que usaba para escalar era de un color diferente a la que solo había usado el día anterior. Entonces, cuando fue al dueño de la estructura, le preguntó el motivo de ese cambio.
El hombre le explicó cómo después de una revisión periódica, se cambiaron las cuerdas que ya no eran perfectas para salvaguardar la seguridad de los atletas. Cuando Alexander le preguntó, curioso por saber dónde terminaron todas las cadenas intercambiadas, el propietario respondió que simplemente se tiraron.
Asombrado por el hecho de que no existía ningún tipo de reutilización, empezó a pensar en una solución válida. La idea surgió gracias a su perrito Jinger, un cachorro adoptado y sacado de un refugio, lo que le recordó que esas cuerdas serían perfectas para crear correas resistente. Y a partir de ese momento comenzó su negocio.
Recogió de los gimnasios preocupados las cuerdas que acabarían en la basura y comprando unos materiales que servirían para montar todo, las primeras correas cobraron vida. Su proyecto salió muy bien, vendiendo en muy poco tiempo todos los productos creados. Con las primeras ganancias amplió el negocio, comprando todo lo necesario para satisfacer la demanda, y también abriendo su propio sitio, donde fácilmente se pueden comprar sus creaciones.
Habiendo acumulado más de 30 mil dolares, el niño donó las ganancias a bancos de alimentos y refugios que salvaguardan la vida de los animales. El maravilloso trabajo que realiza ha hecho que mucha gente le ayude y que cada vez más gimnasios le den las cuerdas que ahora les resultan inservibles.
«Cuando las personas compran nuestros clientes potenciales, se alegran de recibir un producto de calidad para su mascota.«Dice el niño orgulloso»y contribuir a echar una mano a los más desafortunados“.
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FDM