Gato anciano con insuficiencia renal: causas, síntomas y tratamiento
Gato anciano con insuficiencia renal, ocurre cuando la función renal está alterada. Veamos la causa, los síntomas y el tratamiento.
Insuficiencia renal en el gato anciano o insuficiencia renal crónica (CFR), es una enfermedad bastante común en felinos mayores.
Cuando un gato mayor bebe mucho, puede ser una llamada de atención.
Insuficiencia renal crónica en el gato anciano Ocurre cuando el riñón no puede realizar su función que consiste en eliminar desechos o toxinas, que son producidos por el organismo del animal.
El gato anciano sufre fisiológicamente una función renal reducida, debido a la edad.
Hay carreras que puede ser mas predispuesto a enfermedades renales, tales como: el abisinio, el siamés, el oriental, el himalaya y el persa.
Además de estas razas, son las que más sufren gatos que viven afuera.
Ya que pueden afrontar con mayor facilidad toda una serie de eventos que pueden contribuir a la destrucción progresiva de la estructura renal.
Gato anciano con insuficiencia renal: causas
Las causas de la insuficiencia renal en gatos mayores pueden ser congénitas o adquiridas, es decir, causada por otras enfermedades.
Entre las posibles causas que pueden provocar insuficiencia renal en el gato anciano, podemos encontrar las siguientes:
- enfermedades infecciosas, virales o bacterianas;
- estados inflamatorios;
- infecciones secundarias (glomerulonefritis);
- enfermedades neoplásicas (tumores) como linfoma;
- algunos medicamentos nefrotóxicos, que incluyen: medicamentos antiinflamatorios para uso humano (aspirina, ibuprofeno), antifúngicos y quimioterapia;
- bloqueo urinario (obstrucción uretral);
- cálculos renales en gatos.
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Síntomas
Insuficiencia renal en el gato anciano puede ser crónico y agudo.
La primera en cuestión es una patología progresiva que se manifiesta en diferentes etapas, provocada por el deterioro paulatino de las distintas partes del riñón.
Mientras que la insuficiencia renal aguda en gatos se produce rápidamente con una disminución repentina de la función renal.
En cuanto a los síntomas, el gato tiende a no manifestarlos hasta que la enfermedad está totalmente presente y por lo tanto sólo cuando la función renal está casi completamente ausente.
Los síntomas obvios en ese momento son el aumento de la seda y la cantidad excesiva de orina. Signos que a menudo se confunden con diabetes en gatos.
Posteriormente también serán visibles otros síntomas, por ejemplo:
Ante estos signos, aunque lamentablemente la enfermedad ya está muy avanzada, es recomendable acudir al veterinario lo antes posible.
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Diagnóstico y tratamiento del gato anciano con insuficiencia renal
Como mencionamos anteriormente, los primeros signos de la enfermedad que presenta el gato, llegan muy tarde.
Esto lamentablemente hace que el diagnóstico sea tardío, con la consecuencia de que las posibilidades de ayudar al animal se reducen, de la forma más adecuada.
Para luego llegar a un diagnóstico correcto y una estadificación precisa de la enfermedad, el veterinario tendrá que realizar investigaciones de diagnóstico a través de los siguientes exámenes:
- análisis de sangre;
- análisis de orina;
- ultrasonido abdominal (útil para resaltar posibles daños a otros órganos y determinar, cuando sea posible, la causa desencadenante).
El tratamiento consistirá en aliviar la reducción de los síntomas y en un intento de Reducir la tasa de degeneración de la función renal.
Naturalmente, los otros órganos serán evaluados y tratados según su afectación.
infelizmente la función renal no es recuperable, a menos que sea una enfermedad repentina causada por otros, como insuficiencia renal aguda debido a una obstrucción.
En cualquier caso, como para cualquier patología, los expertos siempre recomiendan una buena prevención basado en la calidad de vida y la calidad de los alimentos.
Administrando desde cachorro, alimentos de alta calidad, posiblemente húmedos con fuentes de proteínas procedente de carne y no de derivados.
Este tipo de dieta tenderá a no cansar el sistema renal. Otro consejo es llevar a cabo visitas y chequeos regulares, con ecografías y análisis de sangre y orina del gato.
Los controles de rutina son la única forma de identificar la presencia de alguna anomalía, para poder intervenir a tiempo.
Raffaella Lauretta