Reflejos condicionados del perro: el descubrimiento de Pavlov del comportamiento canino
¿Qué son los reflejos condicionados del perro y cuándo los muestra? El descubrimiento de Ivan Pavlov abrió la puerta a nuevas explicaciones sobre el comportamiento canino: lo que necesita saber.
Probablemente hayamos oído hablar de ello, incluso en lo que respecta a los seres humanos: pero ¿qué son los reflejos condicionados? No es casualidad que también se les llame ‘pavlovianos’ precisamente por la explicación que el psicólogo ruso dio a estos comportamientos derivados de un estímulo condicionante a principios del siglo XX. Veamos cuáles eran sus ideas. reflejos condicionados del perro y cuando Fido pone en práctica este comportamiento.
Reflejos condicionados caninos: los 3 tipos en la naturaleza
Antes de definir los tres tipos, aclaremos el concepto de ‘reflejo condicionado’. Este término indica un comportamiento, una respuesta, un reflejo que surge tras un determinado estímulo, por eso se le llama ‘condicionado’ porque hay algo que hace que despegue. Veamos que 3 tipos existentes en la naturaleza:
- tipo 1: reflejos condicionados por el hábito;
- tipo 2: reflejos condicionados por el pasado y por la experiencia;
- innato.
El primer tipo indica precisamente aquellos comportamientos del perro resultantes de hábitos bien establecidos en su vida y que los maestros le hemos impuesto. Piense por ejemplo en el hambre que casi siempre llega a la hora en que solemos darle la comida del bebé.
En el segundo tipo, en cambio, tenemos todos esos comportamientos que se repiten porque ya ‘experimentado’ en el pasadoNo es casualidad que el perro asocie sensaciones (y por tanto acciones) con hechos que ya ha vivido, sean buenos o malos.
en cuanto a los reflejos innatos, en realidad no están «condicionados» sino todo lo contrario. Los reflejos incondicionales son aquellos escritos en su ADN y que exhibe de forma natural, sin que los hábitos, experiencias o acciones humanas los modifiquen.
Reflejos condicionados del perro: la idea de Pavlov
Hoy en día, el trabajo de Ivan Pavlov probablemente se habría considerado «maltrato» a los animales. De hecho, ‘explotó’ los reflejos del perro para su experimento sometiéndolo a estímulos y privaciones para comprender cómo funcionaba su sistema de salivación.
En la práctica, el científico tenía la intención de descubrir las causas que indujeron al perro a salivarDebe haber habido algunas razones por las que su amado animal asumió este comportamiento fisiológico, y estaba decidido a descubrirlas.
Algunos experimentos que sometió a una muestra de perros demostraron que los perros realizaban este mecanismo de salivación independientemente de la presencia real de la presa o la comida. También lo hicieron solo cuando hubo un estímulo.
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Experimentos con perros
Prácticamente el erudito quiso demostrar que los perros no solo suben cuando encuentran la comida frente a ellos sino que cambian de actitud (respecto a lo habitual) incluso cuando ven a la misma persona que les da la comida con el cuenco en la mano. Por tanto, si antes la persona en cuestión no ‘despertaba’ ninguna reacción en el perro, una vez ‘asociada’ a la comida, era cierta emoción en Fido.
De la misma forma, si lograba asociar la comida con un estímulo sonoro, como una campana, el efecto era el mismo. De hecho, incluso si no se le dio comida después del sonido, el perro todavía salaba cada vez que lo escuchaba.
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Reflejos condicionados caninos: el instrumental y como explotarlo
El mismo adjetivo ‘instrumental’ indica algo que se hace para obtener algo más a cambio: y este es precisamente el mecanismo detrás de una recompensa, o cuándo dar premios al perro. Cuando haya realizado un pedido correctamente o haya hecho algo bien, merecerá una recompensa por su comportamiento.
Es una recompensa que no es ‘un fin en sí mismo’, pero es la mejor manera de ‘estimular’ al perro a hacer lo que le mandamos y a repetirlo cada vez que se lo pedimos. Es muy importante, sin embargo, ‘poner’ al perro en la condición de conocer siempre nuevos estímulos que le obliguen, en cierto sentido, a adaptarse siempre a situaciones previamente desconocidas. Por eso es importante socializar al perro desde una edad temprana, una forma de ayudarlo a no sentirse incómodo en presencia de extraños o en lugares que no suele frecuentar.
Francesca Ciardiello