Tos en perros: una llamada de atención
La tos de nuestro perro puede ser sintomática de algunas patologías. Esto es lo que nos puede decir y cuáles son las posibles causas.
En ocasiones, la tos de nuestro amigo de cuatro patas puede ser una ayuda válida para diagnosticar una enfermedad y detenerla a tiempo. Pero, ¿cómo reconocerlo? Antes de proceder con una visita a nuestro veterinario de confianza, es importante incluir toda la información útil para que el médico trate mejor a nuestro perro. Es muy útil recordar cuándo notamos por primera vez la tos, con qué intensidad y frecuencia tose, si se puede vincular a momentos o ambientes específicos y por supuesto notar qué otras posibles dolencias aquejan al animal. Todos estos son detalles fundamentales que conformarán una anamnesia útil para nuestro médico. El veterinario procederá a la verificación de los parámetros y, si lo considera oportuno, a análisis más detallados: desde la visita a los bronquios hasta los análisis de sangre y radiografías del sistema cardiotorácico.
Pero cuales son los tipos de tos? Al igual que en los hombres, una tos seca e irritante es muy diferente a una grasa, que a diferencia de la primera produce mocos. La primera forma de tos es especialmente dañina para nuestro perro ya que las mucosas son especialmente frágiles debido a la continua entrada de aire.
Son varias las causas que pueden provocar este malestar: a veces incluso un collar que queda demasiado apretado o el aire frío y seco, como el de los acondicionadores de aire, puede provocar irritación de la laringe. Además de infecciones del tracto respiratorio ei parásitos, incluso los restos de comida o aire pueden provocar tos y estimular la continuidad. También es bueno recordar que, en cuanto a los hombres, la fumar ei detergentes muy agresivos pueden irritar la garganta. En casos graves, las causas se encuentran en tumores y ganglios linfáticos inflamados que impiden la respiración regular.
Los casos de tos grasa, caracterizados por la expulsión violenta de esputo espeso y viscoso, pueden deberse a enfermedades del sistema respiratorio, como neumonía y / o edema pulmonar. En ambos casos, es recomendable una visita inmediata al veterinario, ya que es bueno brindar una terapia inmediata.
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Terapia y prevención
Es fundamental reconocer la severidad de la tos: en casos menos graves bastará con mantener a nuestro perro en reposo y en casa, esperando que aumenten las defensas inmunológicas. También puede ser útil darle un baño tibio y respirar los vapores que aliviarían los síntomas. En los casos de tos gorda, en cambio, es mejor utilizar medicamentos mucolíticos, siempre por consejo del veterinario. Según el caso, el médico evaluará si es necesario administrar antiinflamatorios, antibióticos o sedantes.
Como ocurre con los hombres, la palabra clave es prevenciónAdemás de evitar naturalmente el humo y los componentes agresivos que a menudo se encuentran en los detergentes que usamos para la limpieza de la casa, un estilo de vida saludable y equilibrado puede ayudar a evitar la tos. Por supuesto, una dieta nutritiva y largas caminatas solo pueden hacerte bien. Además, cuando el perro no se encuentra en su mejor forma física, es bueno evitar los lugares donde podría entrar en contacto con otros ejemplares: esto servirá no solo para preservar la salud de otros perros cuando la nuestra se vea afectada, sino también para evitar estar más infectado. La tos puede indicar un descenso de las defensas inmunitarias, y es bueno evitar que otros agentes externos puedan empeorar la salud de nuestro perro.
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