Cuando los perros son tratados como niños: ¿correcto o incorrecto?
A menudo tratamos a nuestros perros como si fueran niños, pero ¿qué tan respetuoso es este comportamiento hacia ellos? Por eso podría ser francamente peligroso.
Les damos nombres ‘humanos’, los vestimos con ropas dignas de un recién nacido y gastamos sumas astronómicas en ellos para satisfacer todas sus necesidades, a veces echándolas a perder. Los tratamos como si fueran humanos, como si fueran nuestros hijos. Pero, ¿alguna vez nos hemos preguntado si les gustaría que los trataran como perros? O lo estamos transformando en algo que no es solo para saciar nuestro deseo inconsciente de maternidad / paternidad? Aquí está la posición de la ciencia al respecto.
‘Nuestro bebé’: ¿es esto lo que quiere nuestro perro?
En la medida en que podamos considerarlos, y con razón, miembros de nuestra familia e hijos reales, no podemos escapar del hecho de que los perros siguen siendo animales y quieren ser tratados como tales. Se trata de respetar su propia naturaleza y no esperar que se comporten como humanos, ¡eso sería limitante para ellos! A nuestro perro le gusta la atención y el cuidado que se merece, pero quizás deberíamos preguntarnos si en ocasiones hemos cumplido nuestros deseos más que los suyos: estamos realmente seguros de que nuestro Fido se siente cómodo llevando ese lazo en la cabeza. ¿acabo de comprar? Por otro lado, ¿cuántas veces lo hemos llamado ‘nuestro bebé’?
Perro-hombre: un amor confirmado por la ciencia
El perro nunca será un hombre, eso es un hecho. Como resultado, se comportará como un perro: querrá jugar, ensuciarse, comer y pensar como un perro. No está buscando una mamá o un papá, sino un líder de manada. Está en su naturaleza identificar a un maestro de referencia, alguien que ‘ordena’ seguir. Pero lo amamos como si fuera nuestros propios hijos, y la ciencia lo demuestra. Un grupo de investigadores japoneses de la Universidad de Azabu analizó muestras de orina de hombres y perros que se quedaron solos en una habitación. Los resultados revelaron que cuando se les dejaba solos en el mismo entorno jugando, abrazados y divirtiéndose, los niveles de oxitocina aumentaron significativamente. Esto significa que las miradas cómplices que intercambiaron dueño y perro realmente produjeron esta ‘hormona del amor’.
Los mismos científicos llevaron a cabo un segundo experimento, esparciendo la hormona oxitocina en la nariz de los perros. Ellos, una vez de vuelta en una habitación con sus amos y extraños, no solo reconocieron inmediatamente a su amado ‘líder de la manada’, sino que también intercambiaron intensas miradas de amor con ellos.
Los estudios económicos realizados por el Instituto de Estudios Políticos, Económicos y Sociales que datan del pasado mes de diciembre, han arrojado luz sobre un dato indicativo: los costos para perros y gatos superan actualmente a los de bebés y niños. Es obvio que todos son libres de gastar su dinero como mejor les parezca, pero la pregunta es otra: ¿cuánto de los gastos de nuestros amigos de cuatro patas son realmente necesarios?
La antropomorfización del perro: los riesgos
Considerar a un perro como un ser humano a veces puede resultar peligroso para nuestra salud. Ciertamente, hay algunas razones por las que es mejor no besar a un perro u otra mascota. Pero no es solo una cuestión de higiene y salud, ya que considerar un animal espléndido en su ‘género’ como humano tiene un impacto negativo en términos socio-afectivos. El número de quienes optan por dedicar su vida a sus amigos de cuatro patas crece exponencialmente, pero cerrando cualquier tipo de relación con los seres humanos. Este es un síntoma de un desequilibrio emocional que también podría tener consecuencias negativas en nuestra mascota, que vendrá ‘cargado’ de responsabilidad que no debería tener. Un perro da amor de forma espontánea pero no debe llenar los vacíos personales y emocionales de un hombre, debe ser libre y nunca forzado. Pero en algunos casos, no tan escasos, un perro podría reaccionar con nerviosismo e histeria ante una atención excesiva hacia él. Además de los objetos y accesorios que incluso pueden molestar a nuestro Fido, también existe el peligro de que los dueños adopten dietas ‘saludables’ para perros. Estas dietas, a menudo demasiado bajas en grasas, pueden tener consecuencias muy peligrosas para su salud.
Luego están los dueños que, detrás de la excusa de la empatía y el sentimiento con su Mascota, lo obligan arbitrariamente a cambiar sus hábitos: un travesaño será suficiente para sus necesidades y así, egoístamente, el aburrimiento de salir a pasear. el paseo. Necesitar respetar sus necesidades y cambiar nuestros hábitos, sin esperar que nuestro perro se adapte a nuestras necesidades.
En definitiva, es bueno reiterar que adoptar un perro implica sacrificios para ser evaluados mucho antes de que llegue a nuestra casa, y que un animal tiene su propio lenguaje, su propio estilo de vida y peculiaridades que no necesariamente tienen que ser humanas.
FC
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