Turistas locos por la muerte del delfín bebé entre selfies
Arrepentimiento, ira y desesperación. No hay otras palabras para expresar el sentimiento que se apodera del alma de quienes protegen a las criaturas más indefensas víctimas no solo de la violencia sino, con demasiada frecuencia, de la ignorancia.
Este es el caso de un pequeño delfín inmortalizado por decenas de selfies en brazos de turistas que abarrotaron una playa en Argentina, llevados por la euforia de conocer a este adorable ejemplar.
Según lo informado por los medios de comunicación, incluido el telégrafo, el cachorro estaba en compañía de otro cachorro en las aguas poco profundas cerca de la playa y fue recogido por turistas que querían fotografiarlo y tomarse selfies. Desafortunadamente, el comentado Fundación Vida Silvestre, que trata sobre la protección de las especies marinas, «los delfines no pueden permanecer mucho tiempo fuera del agua porque tienen una piel muy gruesa y grasa que les proporciona mucho calor y les provoca una rápida deshidratación y muerte».
Un acontecimiento aún más trágico si tenemos en cuenta que este cachorro pertenecía a una especie protegida de dioses. Delfines franciscanos, considerado vulnerable en la lista de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (ICUN). Según los datos, estos habrían quedado 30 mil ejemplares de estos delfines presentes solo en las aguas del sureste de Sudamérica, entre Argentina, Uruguay y Brasil.
Detengan la condena de los medios de comunicación y las asociaciones de bienestar animal que han lanzado un llamamiento para su protección: «¡Cada delfín cuenta!»