Clases de socialización para perros: que son y para que sirven
Para qué sirven las clases de socialización para perros y por qué se consideran muy útiles en la educación de nuestro amigo de cuatro patas.
Probablemente hayamos oído hablar de ellos, pero ¿sabemos realmente qué son las clases de socialización de perros y para qué sirven? La misma palabra deja claro un concepto: el de hacer que el perro permanezca junto a sus semejantes de la mejor manera posible. Más allá del hecho de que pueden haberse convertido en una tendencia, ¿pueden realmente tener un impacto positivo en la educación y el crecimiento de nuestro amigo de cuatro patas? Toda la información más útil para entender lo útil que puede resultar insertar el nuestro perro en clases de socialización y cómo encontrar uno.
Clases de socialización: que son
Se podría simplificar diciendo que son espacios abiertos en los que varios perros se encuentran viviendo juntos bajo el supervisión de un educador de perros. ¿Con qué propósito? Mejorar la interacción entre el perro y sus compañeros, combinando el momento de aprendizaje con el lúdico. Por tanto, no debe confundirse con un parque público donde el perro tiene libertad para dar rienda suelta a sus energías: son espacios donde el experto ‘guiará’ el juego y los perros seguirán sus reglas.
No hay una fecha precisa que marque el nacimiento. de esta clase de socialización: probablemente nacieron en Alemania, o los alemanes ya los habían ‘copiado’ de otros. De hecho, era típico de los campos de entrenamiento ayudar a los cachorros a comunicarse correctamente entre sí, facilitando también la comunicación entre los hombres y sus amigos de cuatro patas.
El papel del educador
El papel del experto en perros no es solo el de hacer que los perros interactúen correctamente entre sí, sino también para seleccionar los especímenes más adecuados para ser incluidos en la clase. De hecho, juega un papel fundamental desde el principio, cuando seleccionará quién puede participar y quién no. Una mala elección podría comprometer a toda la clase: si hay perros que fácilmente desencadenan una pelea, porque no están debidamente entrenados, corren el riesgo de asustar a los demás y los incitarían a atacar. Entonces, el riesgo es que el efecto sea exactamente el opuesto, es decir, el de crear problemas de socialización para aquellos que quizás no hayan tenido ninguno antes.
Ni que decir tiene que es fundamental tratar con un amante de los perros experto y no con uno improvisado. El experto sabrá que cada raza de perro tiene sus características específicas y cada perro tiene su propia personalidad.
A que edad pueden matricularse
Si pensamos en la educación canina, la primera idea que nos podría venir a la mente es la de un cachorro a una edad temprana: en cambio, ¿qué mejor etapa de su vida para aprender? Socializar se vuelve importante a partir de los cuatro meses de vida, pero esto no impide que se inscriban incluso perros mayores (es decir, más de 12 semanas de edad).
Lo zoólogo Trumler se refería a la socialización como: «la comprensión de ser un animal social y tener que vivir en un grupo social». Después del umbral de cinco, seis meses, llegamos a la llamada fase de ‘ventana de socialización‘. Pasada esta etapa es inapropiado hablar de ‘clases’ ya que los perros ya tienen la edad suficiente. Probablemente sería mejor definirlas como ‘clases de comunicación’, como si fueran ocasiones de encuentro entre perros que ya han sido socializados previamente.
Los errores de las clases de socialización
Si el experto en perros es en realidad una persona improvisada del sector, existe el riesgo de que cometa algunos errores, que un dueño atento y responsable podría advertir fácilmente. Aquí hay una serie de pequeños errores que también pueden tener graves consecuencias en la vida de los perros.
- Insertar el cachorro en una clase de adultos: el contacto entre perros de edades tan diferentes debe ser gradual y sobre todo concierne primero a los sujetos más cercanos al cachorro, que es la madre, luego el padre y demás miembros pero siempre en presencia de la figura materna. Incluso si no es atacado, el cachorro puede tener miedo de esos especímenes adultos y extranjeros. Además, si no sentía la cercanía de su humano en esa situación, perdería la fe en él y esto socavaría su relación.
- Coloque al cachorro en una clase con perros de diferentes tamaños y pesos.
- Reunir perros adultos que no hablan el mismo idioma y, por lo tanto, se comunican de manera diferente según su raza.
Es necesario trabajar individualmente sobre el perro cuidadosamente elegido por el educador. Porque es importante para él tener la oportunidad de encontrarse con dueños y amigos, para que se desarrolle capacidad para controlar el comportamiento del perro en medio de sus compañeros y muchas distracciones, aumentando la comunicación. Para aprender deben sentirse libres de comunicarse y solo si lo hacen de la manera correcta podrán mejorar su lenguaje con sus semejantes y con el humano.
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