Fractura de pata de perro: cómo reconocerla y tratarla

¿Podríamos reconocer una fractura de pata de perro? Cuáles son las señales alarmantes y cómo intervenir sin empeorar el problema.

Fractura de pata de perro
Fractura de pata de perro: síntomas y tratamiento (Adobe Stock Photo)

¿Está el perro cojeando? A veces, esto no es suficiente para diagnosticar una fractura de pata de perro. Por eso es importante reconocer varios signos y, sobre todo, evitar los métodos de bricolaje. Si hemos sido testigos de un accidente o pensamos que el perro puede tener una pata rota, no la toques sino contacta al experto de inmediato para saber qué hacer. Evaluamos todas las posibles situaciones en las que un perro podría haberse fracturado una pata, considerando también factores como las patologías en curso o el paso de los años. Aquí está todo lo que hay que saber (y hacer) cuando nos enfrentamos a una fractura de pata de perro.

¿Qué es una fractura de pata de perro?

Vendajes en el perro
Vendajes en el perro (Foto Pixabay)

Se trata de un ruptura del segmento óseo después de un trauma. Se trata no solo de la parte dura, la del hueso, sino también de la parte «blanda» que lo rodea. Esta es una de las principales razones por las que no debes tocar al perro y llevarlo al veterinario de inmediato, para evitar dañar el resto de zonas de la pata.

Habitualmente la fractura es consecuencia directa de un traumatismo muy fuerte, como un accidente, pero también de patologías graves como tumores óseos (Leer aquí: Tumor óseo en el perro u osteosarcoma: causas, síntomas y tratamiento) y un efecto de pasan los años. Pensemos en un perro acostumbrado a las carreras: con el paso de los años sus huesos se irán debilitando y se enfrentará a fracturas cada vez más frecuentes, incluso después de caídas y traumas no violentos.

Cómo reconocer una fractura de pata

Fractura de pata de perro
Fractura de la pata de un perro: sangrado (Adobe Stock Photo)

Si creemos que una pierna rota es muy diferente a una pierna rota, estamos en el camino equivocado. Las dos fracturas se parecen entre sí, también porque ambas van acompañadas de señales ‘alarmantes’, como el área inflamada circundante e incluso sangrado. Además de la inflamación, por lo tanto, también puede haber una herida abierta que, en el peor de los casos, podría revelar el hueso roto.

Como siempre, debemos evaluar el problema en su conjunto: un perro con una pata rota tenderá a no colocarla en el suelo, ya que le causaría dolor. Así que podríamos verlo saltar sobre sus otras tres patas para cubrir distancias cortas. Además, dado el dolor, es posible que no acepte mimos y masajes: suele sentarse en un rincón para lamerse la pierna lesionada.

Si intentáramos (¡pero mejor no lo hagamos!) Tocarle la pata, notaríamos que no responde a ningún estímulo: sería como ‘fuera del eje’ y resortes. En general, puede que ni siquiera sea tan sumiso: en algunos casos puede volverse agresivo por miedo a sentir más dolor. Entonces, los síntomas que debe buscar para evaluar una fractura de pata de perro son:

  • hinchazón de la parte,
  • posible sangrado,
  • dolor agudo,
  • zoppia.

Qué hacer en caso de fractura

Férula de pata
Férula de pata (Foto Pixabay)

En realidad, nuestra tarea como dueños cariñosos pero inexpertos debe limitarse a traer al perro de veterinario o la sala de emergencia veterinaria más cercana. Los peritos intervendrán de forma adecuada y, sobre todo, sin causar más daño a Fido. Por supuesto, en función del tipo de fractura, el experto entenderá cómo proceder: en algunos casos será útil un ‘inmovilizador’ para la pata, en otros el descanso absoluto. Otras veces se aplicarán en la parte afectada. férulas o yeso. Si es necesario, el veterinario también podría hacer que el perro se someta a una cirugía para tratar la extremidad y reemplazar el hueso.

Otro aspecto que no debe subestimarse es la sincronización: un perro con una pierna rota podría perder la movilidad por completo y comprometer el uso de la extremidad también en el futuro, condenando al perro a la inmovilidad, si no se toman medidas inmediatas. Si hemos sido testigos de un accidente o notamos de inmediato las señales enumeradas anteriormente, es mejor no perder el tiempo.

La convalecencia y los errores que no se deben cometer

Normalmente el convalecencia de la extremidad puede durar desde un par de semanas hasta dos o tres meses: en cualquier caso, es bueno que el perro observe un descanso absoluto. Esto aumentará las posibilidades de que la extremidad se cure bien y rápidamente. Consideramos que una fractura mal tratada podría provocar infección y generar gangrena de la extremidad: esto daría lugar a una necesaria amputación de la pierna para guardar la vida del perro.

Otro grave error a evitar es, por tanto, el de tener prisa: debemos dale tiempo al perro para que se recupere y la pierna para recuperar su movilidad habitual. Evitamos flexionar la extremidad si pensamos que está rota, pero también cuando pensamos que está curada. El experto evaluará su estado y decidirá cuándo y cómo quitar el yeso o la férula. Flexionar la pata no solo podría causar un dolor insoportable a nuestro perro, sino que, sobre todo, definitivamente podría comprometer su funcionalidad.

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