El perro no soporta a los niños: las cosas que odia de los pequeños humanos
¿Parece que Fido no se vincula con los pequeños humanos de la casa? Sin embargo, la convivencia es posible incluso cuando el perro no soporta a los niños.
¿Hay niños y perros en tu imaginación jugando felices juntos como compañeros inseparables? No siempre es así, también porque son dos seres vivos que tienen que encontrar su armonía y su equilibrio. La mayoría de las veces se convertirán en amigos de por vida, pero es mejor establecer algunas reglas fundamentales de comportamiento para ambos. Hay cosas que de hecho el perro no soporta a los niños, y conviene resolverlos con unos trucos bastante sencillos de poner en práctica.
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Fido e hijo: una relación que debe construirse con el tiempo
No debemos pensar que con la llegada de un perro a la casa o con la de un bebé la relación entre los dos surge de forma espontánea, casi por arte de magia. Ambos necesitan ‘acostumbrarse’ a la presencia del otro y entender cómo comportarse para una buena convivencia. En definitiva, debemos darles tiempo para que se conozcan, comprendan las necesidades de los demás y respeten algunas reglas que veremos más adelante.
Con el paso del tiempo y con la convivencia, el niño entenderá qué son las cosas que el perro no soporta y Fido sabrá acercarse al pequeño humano. Para ambos, se necesitan reglas, ya que los perros tienen la misma edad que los niños. Pero hay diferencias: si los pequeños humanos entienden que puede haber excepciones a la regla principal (por ejemplo, tomarás helado solo después de haber terminado de cenar), para el perro siempre será válida una sola regla y habrá que ser coherente, nunca hacer ‘desvíos’. Es obvio que siempre son seres humanos diferentes, con personalidad propia. Por lo que también será necesario adaptar las reglas al contexto.
El perro no soporta a los niños: lo que hacen que le irrita
Aunque es raro, se escuchan episodios de agresión a los niños por parte de los perros. Afortunadamente no están en la agenda, pero sin embargo hay algunas cosas que el niño debe evitar absolutamente, y nos toca a nosotros educarlo y no irritar a Fido.
- Le molesta mientras se alimenta: la hora de comer es sagrada para todos los animales, especialmente para los perros. Independientemente de la relación que se establezca entre los dos, el perro se irrita fácilmente si lo molestas durante las comidas, por lo que es mejor mantenerse alejado de él (Leer aquí: El perro gruñe cuando come: porque es mejor no molestarlo).
- Le molesta mientras duerme: en cuanto a la comida, incluso en los momentos de descanso, el perro no quiere que lo molesten porque en ese momento está cansado y necesita recuperar fuerzas. Hay tantos momentos en el día en los que podemos jugar con él y estará feliz, pero cuando descanse, ¡dejémoslo en paz!
- El lo tortura: Aunque para el pequeño humano es parte del juego, hay algunas cosas que el perro experimenta como una tortura gratuita. Pensemos en cuándo le tiran de las orejas, la cola o incluso le muerden: ¿cómo podemos esperar que incluso el perro más paciente no reaccione después de un tiempo?
- Ella pone sus manos en su boca: a lo mejor quiere robarle un juguete o quitarle un trozo de comida, pero en ese momento el niño realmente está corriendo un riesgo. Nunca ponen la mano en la boca del perro, porque es fácil para él reaccionar mordiendo (Lea aquí: Cómo sacar objetos de la boca del perro sin lastimarlo).
- Abrázalo: aunque no es una ‘prohibición’ general, a Fido no suele gustarle que lo abrazen porque no lo vive como muestra de cariño, sino como un vicio para atraparlo.
- Saltar sobre el: el perro no es un pony, por lo que no debes montarlo como si fuera un caballo. Fido no apreciará este tipo de juego y podría moverse y hacer que el niño se caiga, poniendo en riesgo su seguridad.
- Corre y grita: la voz fina de los niños es extremadamente molesta para nuestro Fido. Además, correr delante del perro induciría un estado de ansiedad y agitación desmotivada (lea aquí: Por qué el perro sacude sus patas mientras duerme, mueve la cola y se mueve mucho).
El perro no soporta a los niños: las reglas que pueden ayudar
Después de haber aclarado cuáles son las cosas de un niño que el perro simplemente no soporta, veamos cuáles son las pocas y sencillas reglas para una perfecta convivencia entre el perro y el niño en casa, pero también fuera.
Enséñele al niño a no tener miedo de los perros (Lea aquí: El miedo a los perros, qué es, por qué se manifiesta y cómo superarlo): con la ayuda del adulto, el pequeño humano comprenderá que no hay nada que temer en un perro si las reglas de comportamiento mencionado anteriormente. De hecho, no hay perros buenos ni malos, siempre son animales que hay que educar y acostumbrar a vivir de determinada manera.
Nunca los dejes solos para jugar: siempre es mejor que haya un adulto para supervisar la situación e intervenir si es necesario.
El niño no debe ser rechazado: si el adulto le tiene miedo a los perros y quiere ‘proteger’ al niño ante la vista del perro, le transmitirá este estado de ansiedad y preocupación. Y de esta manera, por supuesto, no será fácil establecer un vínculo ya que nunca tendrán la oportunidad de conocerse.
Déjalos socializar: tanto el perro como el niño, aunque con dos códigos lingüísticos distintos, aprenderán a conocerse y a relacionarse de forma amable entre sí (Leer aquí: Socialización del cachorro: todo lo que necesitas saber) .
Siga las reglas enumeradas anteriormente: si educamos al niño para que respete las reglas enumeradas anteriormente, ciertamente incluso el perro que no soporta a los niños encontrará la manera de convivir pacíficamente con ellos o, como mucho, la ignorará.
Francesca Ciardiello