El polvo en las alas de las mariposas: que es y por que no tocarlo
No solo los colores y diseños los hacen especiales, sino que el polvo en las alas de las mariposas también es de fundamental importancia: veamos por qué.
Cualquiera que tenga miedo de los insectos, o al menos sienta repugnancia por la mayoría de ellos, sin duda hará un argumento aparte a favor de las mariposas. Estos maravillosos seres voladores pertenecen ciertamente a la categoría de los insectos, pero logran fascinar incluso a los más escépticos con su batir de alas. Gracias a estos últimos y a su particularidad: coloreados, dibujados y con una pátina en la parte superior que no debemos tocar en absoluto. Esto es lo que es polvo en las alas de las mariposas Y, para qué es esto.
Las alas de las mariposas: como se hacen
Al observarlos de cerca, notaremos que estos maravillosos insectos, pertenecientes a la familia Lepidoptera, tienen cuatro alas. Dos de ellos se colocan atrás (atrás) y dos al frente (frente). La primera característica que llama nuestra atención es sin duda la fantasía cromática y el polvo que los cubre.
La misma familia a la que pertenece debe su nombre a este polvo, o más bien a las escamas que se encuentran en la superficie de las alas de las mariposas: del griego lepis (copos) e πτερόν (que los cubren). Son estas escamas las que dan vida a la multitud de colores que hacen que las alas sean tan fascinantes. Al parecer, las mariposas siempre han estado ahí: los primeros registros fósiles de ellas se remontan al Jurásico inferior.
Polvo en las alas de las mariposas: ¿qué es?
Al parecer los colores tan fascinantes de estos insectos deben su peculiaridad precisamente a ese polvo que cubre sus alas. En realidad, son cerdas modificadas: están recubiertas con chitina. Esta última es la proteína presente en el exoesqueleto de los insectos. El color varía porque las combinaciones químicas con los pigmentos de color son diferentes según el ejemplar, o gracias a los fenómenos físicos de interferencia de la luz que penetra en los surcos de las alas.
Pero además de dar color a las alas, este polvo también tiene una importancia ‘informativa’: de manera elemental, podríamos decir que el polvo de las alas es el tarjeta de identificación de mariposa. De hecho, somos capaces de reconocer el grupo al que pertenece el espécimen de mariposa precisamente gracias a las escamas presentes en sus alas. Esta información no solo permite establecer el origen de las polillas, sino que también es una ayuda fundamental para los estudiosos que estudiarán sus fósiles.
Este polvo en las alas de las mariposas es similar a las escamas y su función se puede clasificar en cuatro lugares.
- Crean los colores brillantesAdemás de ser hermosas, sirven para transmitir señales al sexo opuesto para el apareamiento.
- Mantienen alejados a los depredadores: las mariposas son capaces, de esta forma, de volverse ‘desagradables’ a los ojos de posibles depredadores que pudieran atacarlas.
- Permiten camuflarse: Las escalas pueden crear diseños y patrones que ayudan a la mariposa a asentarse sobre un fondo y mezclarse con él. Esta también es una forma muy eficaz de mantener alejados a los depredadores, como las aves, ya que no los verán.
- Absorben el calor del sol: de esta manera la mariposa logra calentarse porque absorbe todo el calor que le permite sobrevivir. Este calor se ‘almacena’ y se aprovecha durante los vuelos en las estaciones más frías del año o en ambientes menos calurosos. No es una coincidencia que las mariposas entren en la categoría de animales de sangre fría.
Además, en los ejemplares masculinos estas escamas se transforman en células sensoriales, o androconas, que sirven para emitir feromonas. Como en el caso de perros y gatos (Leer aquí: Feromonas para perros y Feromonas para gatos) estas células son fundamentales para atraer y atraer al ejemplar del sexo opuesto para un posible apareamiento.
Que pasa si tocamos las mariposas
Habiendo aclarado la importancia del polvo en las alas de estos maravillosos insectos, aclaremos una vez más por qué no debes tocarlos. Uno podría pensar que tocar las alas de una mariposa ‘solo’ correría el riesgo de dañarlas y no dejarlas volar más: en realidad es solo uno de los daños que causaríamos. Al quitar esa pátina de escamas, simplemente pasándola con el dedo, eliminaríamos la información que le sirve a esa mariposa para comunicarse con otros ejemplares. No solo privaríamos a la mariposa de lo suyo pigmentos de colores, sino también de toda esa serie de información que permite al reconocimiento mutuo, así como la capacidad de camuflarse con el entorno y los fondos.
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