Jack Russell: trastornos del comportamiento y entrenamiento de razas
¿Su Jack Russell tiene alteraciones del comportamiento y le gustaría recibir consejos sobre su entrenamiento? Veamos qué hacer juntos.
El Jack Russell es un verdadero peperino: con un carácter exuberante y animado, puede que no sea fácil de manejar. ¿Estás pensando en adoptar un ejemplar de esta raza o tienes algunas dificultades con tu amigo de cuatro patas? No hay problema: averigüemos trastornos del comportamiento del Jack Russell y como proceder a su formación efectivamente.
Trastornos del comportamiento y entrenamiento de Jack Russell
Los Jack Russell son ejemplares realmente bonitos y exuberantes. Precisamente por eso, esta raza de perro es muy apreciada y elegida por muchas familias. Además del carácter alegre y juguetón, sin embargo, son animales decididos y obstinado.
Por ello, antes de adoptar un cuadrúpedo de esta raza, es aconsejable conocer las características generales relativas a su temperamento. Si no estuviera preparado, de hecho, se arriesgaría a acercarse al perro de forma incorrecta, dificultando la convivencia.
Precisamente para evitar la aparición de problemas de comportamiento, no solo se debe someter al animal a un entrenamiento, sino también a prepararse lo mejor posible para recibirlo con la actitud más adecuada, logrando mantener a raya el orgullo y la tenacidad del Jack Russell.
Los problemas de comportamiento más comunes
El Jack Russell puede manifestar problemas de comportamiento, que necesariamente deben resolverse con un período de entrenamiento específico. Entre los más comunes se encuentran:
- Agresión
- Ansiedad de separación
- Tendencia a huir
- Hiperactividad
los comportamiento agresivo en el Jack Russell puede ser una indicación de un proceso de socialización incorrecto o perdido del perro. El animal muestra su mal humor gruñendo y ladrando amenazadoramente. En las situaciones más graves puede llegar a morder.
En este caso, conviene comprender las razones de su actitud. De hecho, si aparece de repente, podría ser un síntoma de malestar debido a una patología. Para ello es fundamental contactar con el veterinario.
El Jack Russell que se manifiesta ansiedad de separación ha desarrollado un apego morboso a su dueño. En su ausencia, el perro parece abatido o gime, ladra y adopta una actitud destructiva.
La mejor manera de prevenir esto es hacer que todos los miembros de la familia cuiden al perro, asegurándose de que los espacios humanos y caninos sean claramente distintos.
Entre los trastornos del comportamiento más comunes en Jack Russell se encuentra el tendencia a huir. El motivo es más que comprensible: se trata de una raza den, utilizada para la caza.
Una forma eficaz de calmar a tu perro, así como de mejorar su salud y reducir el riesgo de contraer numerosas enfermedades, es someterlo a castración o esterilización. Al hacerlo, no se verá estimulado a huir durante el período de calor.
Finalmente, dada su infatigabilidad, el Jack Russell puede resultar hiperactivo. Si el perro no es estimulado adecuadamente, manifestará actitudes destructivas y agresivas.
Lo más probable es que el problema sea que el animal necesite más actividad física para desahogar toda su energía: por lo tanto, será necesario aumentar el tiempo de carreras, paseos y juegos al aire libre con tu amigo de cuatro patas.
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Cómo entrenar a Jack Russell
En primer lugar, es bueno precisar que sería recomendable someter al Jack Russell a un período de entrenamiento independientemente de la aparición de problemas de conducta.
Esta elección, de hecho, le ayudará a prevenir la aparición de cualquier dificultad en el manejo del perro. ¿Cuáles son los puntos fundamentales en los que basar el entrenamiento de este lindo e irreverente cuadrúpedo?
En primer lugar, tan pronto como el perro sea adoptado, será necesario establecer apuestas de inmediato, haciendo que Jack Russell comprenda qué se le permite hacer y qué no. De hecho, al no poner ningún freno al animal, correríamos el riesgo de no poder obtener respeto y consideración de él.
Además, para evitar la aparición de problemas de comportamiento como la agresión y la hiperactividad, sería bueno dejar que el perro dé rienda suelta a toda su energía. La actividad ideal, en su caso, sería la de perro de agilidad.
De esta forma, el animal podrá aprender divirtiéndose y fortaleciendo su respeto por ti. Después de todo, es una raza muy inteligente, que si se educa adecuadamente no tendrá dificultades para aprender los principios básicos para una convivencia pacífica humana y canina.
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Laura Bellucci