Calmar a un perro agitado: cómo hacerlo y todos los trucos para que vuelva a calmarse-VIDEO
El estrés, la incomodidad o la novedad pueden poner nervioso a tu Fido: aquí te explicamos cómo calmar a un perro agitado y todos los trucos para devolver la serenidad a la casa.
¿A tu perro no le gustan las sorpresas y la última noticia que ha llegado a la casa lo ha sacudido? ¿Hay algo que haya interrumpido tu rutina diaria o hay aire pesado en la casa? Hay muchas razones por las que un perro está agitado: lo importante es saber qué hacer para calmarlo. Aquí están todos los consejos y trucos para calmar a un perro molesto y cómo evitar que vuelva a suceder.
Hay calma y calma: a cada edad la suya
Si para nosotros este concepto es sinónimo de absoluta tranquilidad, para el perro muchas veces no lo es: es una condición normal que Fido viva en plena autonomía, con pleno dominio de sus facultades y control de situaciones y acontecimientos.
Pero también hay condiciones a menudo relacionadas con la edad, que gradualmente traducen el concepto de ‘calma’ en algo diferente: pensemos en un cachorro (así como en un niño muy pequeño). Será difícil verlo siempre tranquilo y calmado, pero incluso cuando se agita, quizás impulsado por las ganas de jugar o de saber, no significa que se sienta mal.
La curiosidad de los perros empuja especialmente a los cachorros y a los perros curiosos (incluso a los adultos) a correr, buscar, oler, etc. Pero ciertamente esta fructífera ‘agitación’ también está respaldada por un físico fuerte y enérgico.
El discurso cambia con el advenimiento de la tercera fase de la vida, cuando Fido es incapaz de reaccionar con fuerza ante los estímulos, aunque sean muy interesantes para él. Pero eso no significa que un perro mayor sea más tranquilo que uno joven: a nuestros ojos puede parecer más tranquilo, pero en realidad incluso un cachorro o un adulto pueden estar tranquilos pero «a su manera».
Perro agitado o hiperactivo: como reconocer las diferencias
Si un perro en general sabe contener sus emociones, sabe manejar situaciones y mantenerlas bajo control, esto no excluye el hecho de que pueda estar agitado por algún evento o algo que sienta en el aire.
Pero existe una diferencia entre Fido que se agita por una razón a menudo bien definida y otro que tiene problemas de comportamiento, como un perro hiperactivo. Esta es una condición que está lejos de ser insignificante, de hecho es importante contactar a un experto y entender cómo establecer una relación con un perro que tiene estos problemas de comportamiento.
La hiperactividad canina suele tener dos causas: acumulación de energía o estabilización del mal comportamiento, sin que nadie se molestara en corregirlos (en la práctica como si el perro se hubiera acostumbrado a adoptar actitudes erróneas en casa, fuera, con los humanos y con sus compañeros).
Si dejamos a un perro hiperactivo abandonado a sí mismo, corremos el riesgo de hacerlo agresivo y violento, precisamente porque nuestra indiferencia genera en él una frustración que Fido solo sabe desahogarse de esta manera.
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Calmar a un perro molesto: que hacer o evitar
Podríamos decir que hay dos escuelas de pensamiento completamente opuestas cuando se trata de lidiar con la agitación de Fido: una sugiere una forma de comportarse y la otra sugiere no hacer absolutamente nada. Este último de hecho cree que reaccionar con total indiferencia al estrés de Fido es la mejor manera de calmarlo.
Por ejemplo, si queremos que el perro no salte encima de nosotros cuando volvamos a casa o que deje de mover la cola esperando que alguien juegue con él o se lo saque, algunos dueños aconsejan no ‘escucharlos’. Solo cuando se haya calmado y comprenda que su agitación no ha servido para atraer la atención del maestro, podremos mimarlo y recompensarlo.
Si en cambio somos de la otra ‘escuela’ y preferimos actuar, vemos qué actitudes adoptar para calmar a un perro agitado. Después de comprender las causas y distinguir su agitación de la hiperactividad, preocupémonos de que no somos nosotros mismos la causa de su estrés.
Qué hacer
Es obvio que si hay un aire denso y tenso en la casa, el perro también se verá afectado y, a su manera, desahogará este malestar. Por lo tanto tratemos de mantener la calma (fingir será de poca utilidad, porque nuestro perro nos conoce bien y no será fácil ‘engañarlo’) y afrontar situaciones con más claridad: esto también estimulará a Fido a hacer lo mismo y a no enfadarse por ningún motivo.
Llevémoslo a dar largos paseos o jugar al aire libre siempre que sea posible: esta es una excelente manera de dejar que desahogue su energía. De esta manera, llegará a casa cansado y tendrá menos ganas (y menos fuerzas) para moverse.
El entorno en el que vive también debe ser (en la medida de lo posible) poco ruidoso y caótico: tal vez elijamos para él una habitación no expuesta al tráfico y al ruido de la calle, o con una luz suave y no cegadora, y sobre todo lejos de la habitación de los niños. nuestros pequeños humanos! La higiene también es importante y al perro le encantará estar en lugares limpios y perfumados.
Finalmente, premiamos el correcto comportamiento de cada perro con refuerzos positivos, para que las siguientes veces se sienta estimulado a comportarse de la misma manera (consciente de la recompensa que le espera).
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Que evitar
Mejor no someter siempre a Fido a juegos de activación mental porque podrían enfadarlo: al menos déjale tiempo para disfrutar de su comida de bebé o de su siesta en paz.
Evitamos que los perros y los niños pequeños estén siempre en contacto: de hecho, los pequeños humanos a menudo querrán jugar con el perro incluso cuando él quiera descansar. Advertencia: ¡Fido podría enfadarse e incluso reaccionar mal!
No adoptamos actitudes de enojo o nerviosismo: el perro las conoce a la perfección y se enfada con solo mirarnos. Tienes que estar tranquilo y relajado para calmar a tu perro: no será fácil, pero seguro que podemos.
Francesca Ciardiello