Congelación del hámster: por qué parece muerto y cómo interpretar su inmovilidad
¿Verlo así te dio una oportunidad? He aquí cómo explicar la congelación de hámster, por qué lo hace y cómo interpretarlo sin miedo.
Es un comportamiento que podemos encontrar fácilmente en los conejos, pero aparentemente los hámsteres también adoptan un sistema idéntico: se detiene y parece muerto. Por supuesto, al ver a nuestro pequeño roedor en esas condiciones, uno inmediatamente piensa en una enfermedad repentina y una muerte inminente. Pero, ¿de qué otra manera puede congelación de hámster y ¿cómo debe interpretarse? Todo lo que necesitas saber.
Congelación del hámster: ¿copiado del conejo?
La palabra sugiere la idea de hielo, frío e inmóvil cuando el agua cristaliza y deja de ser fluida. Y es precisamente esta forma de rigidez a la que se hace referencia cuando se habla de ‘congelación’. En realidad es una práctica que realiza el conejo, que se congela y se detiene cuando quiere engañar a posibles depredadores.
En la práctica, es como si voluntariamente finge estar muerto, como si estuviera congelado, y no es solo su arma de ‘defensa’ contra aquellos que cree que pueden dañarlo, sino también su forma de desahogar el miedo. Estos son animales muy delicados y sensibles, y se debe tener cuidado en la forma en que los ‘manejamos’.
Pero, ¿sigue el hámster la misma táctica que el lagomorfo cuando tiene miedo? Probablemente sí, para ello hay que tener cuidado con otros factores para descartar que realmente no sea una enfermedad de hámster.
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El hámster está enfermo: no basta con verlo inmóvil
Su rigidez por sí sola no es suficiente para sugerir la idea de que algo anda mal con él o que está a un paso de la muerte. Para saber si su hámster no se encuentra bien, debe prestar atención a otros factores y circunstancias:
- se niega a comer,
- duerme más de lo habitual,
- la piel está agrietada e irritada.
- sufre de picazón,
- Pérdida repentina y notoria del cabello.
- episodios de diarrea («síndrome de la cola húmeda»).
Congelación del hámster: las causas y cómo interpretarlo
Dado que tener una mascota en casa implica responsabilidades pero también preocupaciones, no podemos excluir totalmente la posibilidad de un infarto en el hámster cuando lo vemos congelarse de repente.
Esta enfermedad repentina ciertamente puede deberse al miedo, el mismo que podría inmovilizarlo en un congelamiento. De hecho, cuando no le gusta que lo acaricien, no quiere que lo toquen, o peor, que lo tomen en brazos, se pone rígido y se congela.
Su mirada parece mirar al vacío y reflexionar, como si el miedo lo «bloqueara». Puede que no sea culpa nuestra y de hecho puede quedar inmovilizado después de un ruido fuerte y repentino. Como ocurre con el conejo, podemos interpretarlo como una técnica de autodefensa.
Francesca Ciardiello