El gato le tiene miedo al perro: todas las causas y consejos para una buena convivencia
¿Tu gatito parece aterrorizado por Fido? Aquí es cuando el gato le tiene miedo al perro y qué hacer para calmarlo en presencia del otro.
¿Los gatos no le temen a nada y siempre saben cómo mantener el control de la situación? No siempre es así, porque puede suceder que estos animales astutos e independientes tengan miedo de sus compañeros pero también de otros animales domésticos y no domésticos, como los perros. Porque el gato le tiene miedo al perro y ¿qué podemos hacer para evitar que se aterrorice tan pronto como Fido esté cerca? Todo lo que necesitas saber para manejar a un gato que tiene este miedo.
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Miedo a los gatos: a que les aterrorizan y por que
¿Sin miedo y siempre valiente? Este no es el caso del gato, o al menos no siempre. Incluso nuestros felinos domésticos tienen sus terrores y necesitan ser tranquilizados (Lea aquí: El gato tiene miedo a las tijeras: por qué y cómo ayudarlo) Básicamente, el gato vive su vida en un estado de alerta perpetua, incluso cuando duerme. De hecho es como si nunca se relajara porque siempre piensa que tiene que defenderse de alguien o algo que atenta contra su tranquilidad y seguridad (Lea aquí: El gato me tiene miedo: ¿por qué pasa y cómo solucionarlo?). Un gato que tiene miedo es reconocido por:
- cola doblada,
- los ojos bien abiertos,
- bosteza y se lame el hocico,
- temblor,
- eriza el cabello.
Por lo general, los gatos le tienen miedo a otros gatos, pero también a objetos completamente inofensivos (al menos para nosotros) como el calabacín (Lea aquí: ¿Por qué el gato realmente le tiene tanto miedo a los pepinos?). Les aterrorizan los lugares asociados con eventos desagradables, como los estudios veterinarios (lea aquí: El gato le tiene miedo al veterinario: cómo calmar a un gato), o lugares que son ruidosos y demasiado brillantes u ocupados; no les gustan los electrodomésticos ruidosos y menos los que se mueven, como las aspiradoras. Pero, ¿por qué le tienen miedo a los perros? Lo veremos en breve.
El gato le tiene miedo al perro: posibles causas
Después de todo, los gatos son como nosotros: no aman a todos de la misma manera y en algunos casos incluso tienen miedo. Esto suele pasar con los perros, pero hay que saber distinguir las causas según la situación. Sin embargo, estos siguen siendo dos animales que tienen lenguajes y formas de expresarse completamente diferentes: a veces, por tanto, determinadas invitaciones y atenciones pueden ser malinterpretadas por el otro (lea aquí: El saludo de los gatos, su lenguaje: un lindo olfato) . Veamos cuáles son todas las posibles causas por las que un gato le tiene miedo al perro.
- El es un recién llegado: si un perro llega a una casa ‘dominada’ por el gato, es probable que el gato le tenga miedo o más bien esté molesto por él. Teme perder no solo su ‘supremacía’ en la casa, sus espacios y objetos, sino sobre todo la atención de su dueño.
- Años: si el gato es joven, es posible que aún no esté familiarizado con las relaciones con sus compañeros o con otros animales, tanto dentro como fuera del hogar. Aunque la mayoría de los felinos tienden a invitarse unos a otros a jugar, algunos pueden sentirse amenazados por lo desconocido y evitarlo.
- Poca socialización: si el gato nunca se ha acostumbrado a tener contacto con otros animales, es probable que la convivencia (aunque sea de forma temporal) con sus compañeros u otros animales le incomode.
El gato le tiene miedo al perro: riesgos y remedios
De hecho, cuando un gato le tiene miedo al perro es muy probable que reaccionar agresivamentecomo rascar a su perro con las uñas hasta que sangre. Pueden parecer despecho, pero en realidad es un instinto de supervivencia, motivado precisamente por el miedo que siente el gato hacia Fido.
En algunos casos la convivencia se resuelve con estar juntos: podría nacer una bonita amistad o simplemente los dos animales terminarán ignorándose pacíficamente. Tienen que conocerse mientras que los propietarios, por su parte, deben respetar sus espacios y no crear oportunidades de descuento. Nos aseguramos de que todos tengan sus propios objetos, lugares, cuencos, etc. para que uno no tenga que temer la presencia del otro.
No tenemos que nunca obligue al gato a tener una relación con Fido y viceversa, porque las consecuencias pueden ser desastrosas. Sin embargo, si nos desanima una relación que nunca parece ser pacífica, podemos contactar a un experto en comportamiento y asegurarnos de que los dos animales puedan socializar entre sí.
Francesca Ciardiello