Lenguaje del oído de gato: cómo se mueven y qué significan
Su cuerpo nos habla: nos corresponde a nosotros interpretarlo. Cómo entender el lenguaje de las orejas de gato y los estados de ánimo felinos que expresan.
¿Qué significa cuando mueve la cola así? Y cuando bajan las orejas, ¿significa que está enfermo? Un buen dueño seguramente aprenderá a interpretar las señales que nos envía el cuerpo del gato. Con experiencia y paciencia, el lenguaje de las orejas del gato nos resultará cada vez más claro y podremos satisfacer las necesidades de nuestro exigente amigo de cuatro patas. Si aún tienes dudas y no entiendes lo que te pregunta tu gato con orejas, este es el artículo para ti.
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El ‘felino’: lo que nos dice el cuerpo del gato
Para muchos, el lenguaje corporal del gato ha sido rebautizado como ‘felino’: se trata de sentimientos, estados de ánimo, necesidades y, a veces, incluso signos de enfermedades latentes que el gato expresa utilizando las ‘herramientas’ a su disposición. Entre estos se encuentran ciertamente también las orejas, una de las partes más dulces de su adorable cabecita. ¡Pero no solo ellos! El gato también nos habla con expresiones y moviendo otras partes de la cara, como las de abajo (lea aquí: Expresiones faciales del gato: por eso no las podemos entender).
- Ojos: cuando se dilatan puede ser sintomático de una gran alegría o incluso de un peligro cercano. Si están entreabiertos, es probable que el gato esté relajado y tranquilo; por el contrario, si están bien abiertos y las pupilas contraídas puede ser un signo de agresión.
- Piernas: al frotar las uñas y rascar el territorio, el gato está haciendo una especie de marca. Esta actividad se llama ‘scratching’, y es una de las cosas que menos gustan a los propietarios porque se suele practicar sobre muebles y sofás.
- Bozal: con el ‘frotamiento’ o marca facial, el gato se frota la cara para dejar su marca distintiva. Siempre es una operación de marcar el territorio, mientras que las lamidas son sinónimo de cariño y mimos (lee aquí: El gato marca el territorio en casa: por qué lo hace y cómo prevenirlo). Lo contrario es cierto para las mordeduras que la mayoría de las veces quieren ser ofensivas.
- Coda: una de las partes más fascinantes del cuerpo del gato puede decirnos mucho sobre su estado de ánimo. Cuando está recto y redondeado en la punta, el gato te está saludando. Si la mueve de forma agitada, probablemente esté muy nervioso (lea aquí: El gato levanta la cola, y todas las demás posiciones: lo que quiere comunicar).
Orejas de gato: como son
Sabemos que todos los sentidos del gato están muy desarrollados y el oído no es una excepción. Es tan sensible que es capaz de ‘predecir’ llegadas y otros eventos que están a punto de suceder, mucho antes de que su humano o perro se dé cuenta (lea aquí: Perro y gato comparados: quién gana el desafío de los sentidos). Si pensamos que sus oídos son capaces de percibir los movimientos de un ratón, ¡significa que son realmente superfinos!
Gracias a las aurículas y su forma, el gato percibe las vibraciones y aísla los distintos sonidos, pudiendo reconocer la fuente. Funcionan como antenas, que interceptan los sonidos y los dirigen al tímpano, hasta el cerebro como estímulos nerviosos. Las burbujas timpánicas, dos secciones del cerebro del gato, tienen la función de cámaras de resonancia. En definitiva, todos los ruidos que escuchamos, el gato es capaz de escucharlos dos octavas más fuertes que nosotros (lee aquí: El oído del gato: qué hay que saber sobre este sentido).
El lenguaje de las orejas del gato: los movimientos y lo que significan
Pero, ¿cómo entendemos de nuestros oídos lo que un gato quiere decirnos? En general, nunca debemos concentrarnos en una sola parte del cuerpo, sino considerarlas todas como un todo. De hecho, cuando las orejas se mueven, también están asociadas con los movimientos de la cola, los ojos, etc. Pero veamos todos los movimientos en concreto.
- Se mueven nerviosamente: las ‘antenas’ del gato están tratando de detectar la fuente del sonido y de quién proviene, para entender si conviene alarmarse o no.
- Estirado y hacia adelante: el gato está, como de costumbre, podríamos decir, en estado de alerta. Sabe que va a pasar algo y no quiere que lo cojan desprevenido. O simplemente puede centrarse en algo, de lo que no quiere perderse ni un solo detalle.
- Plano sobre la cabeza y la espalda: el gato se defiende de una amenaza o peligro que lo acecha. Es una especie de autoprotección.
- Uno recto y otro torcido: es como un signo de interrogación. El gato está inseguro y está considerando cómo moverse, no sabe descifrar un mensaje que le ha llegado y si confiar en él o no.
- Se estiran: esto también indica un momento de fuerte indecisión sobre qué hacer.
Francesca Ciardiello